La melatonina en el punto de mira

Menos mitos y más ciencia

Eric Verhart

11/5/20252 min read

a cat sleeping on a couch with its eyes closed
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Estudios recientes han relacionado a la melatonina como un potente regulador de la sensibilidad a la insulina.

Los ratones con mutaciones que eliminan sus receptores de melatonina exhiben una mayor secreción de insulina.

La regulación de la glucosa y la secreción de insulina están naturalmente sujetas a subidas y bajadas diarias, que son independientes de la ingesta de alimentos y los niveles de actividad.

La eliminación de la glándula pineal, que elimina por completo la secreción de melatonina, elimina estas oscilaciones circadianas, lo que respalda la idea de que están reguladas por el sistema circadiano a través de la melatonina.

Algunos estudios nuevos han sugerido que ciertas variantes genéticas pueden modular la respuesta de los receptores de melatonina en las células beta pancreáticas, lo que puede tener implicaciones importantes para la salud metabólica a largo plazo. Por ejemplo, una variación genética del gen MTNR1B está asociada al desarrollo de diabetes.

Se ha estimado que aproximadamente un 30% de la población tiene esta variación genética.

(Lyssenko et al 2008).

Se ha planteado la hipótesis, basada en modelos animales y evidencia in vitro, que los individuos con esta variante tienen receptores de melatonina que son más sensibles a la hormona en el páncreas, lo que da como resultado una liberación de insulina más lenta.

En 2016, varios equipos plantearon un estudio en el que se arrojaron resultados interesantes: los sujetos con esta variante genética mostraban picos más altos de glucosa en sangre y la respuesta insulínica se retrasaba en el tiempo.

(Tuomi et al, en 2016).

Además, la suplementación a largo plazo con melatonina agravaba estos picos glucémicos. Estos datos sugieren que la suplementación con melatonina debe tratarse con precaución.

Un estudio realizado por Kampmann et al, en 2020, demostró datos similares.

Esto podría explicar por qué algunos estudios encuentran que comer mucho en la cena o cenar muy tarde se asocia a niveles más alto de azúcar en sangre.

(Nakajima et al 2015; Sato et al 2011).

Si hubiese causalidad en esto (más allá de correlación), este hecho podría verse agravado si se consumen suplementos de melatonina en la noche para dormir.

Un reciente estudio demostró que cuando se cenaba más pronto había más pérdida de peso en comparación a cuando se cenaba más tarde. No sabemos si hay alguna relación o no con la melatonina, pero es interesante al menos valorarlo.

(Madjd et al 2020).